sábado, 9 de mayo de 2015

Crema Budwig




4 c/s* de lácteo vegetal o lácteo de origen animal (kéfir, requesón, queso batido..)
2 c/p de aceite de 1ª presión en frío
Zumo de medio limón
1 c/s biológica o medio plátano maduro
2 c/p* de cereales completos y crudos recién molidos (evitar los que  contienen gluten). La avena es la opción más recomendada.
1 c/p de frutos secos o semillas oleaginosas (pipas de calabaza, girasol, lino, chía..)
Fruta de temporada rallada o a trozos
Se pueden añadir otros elementos como levadura de cerveza, própolis….
Los ingredientes de esta crema se oxidan rápidamente, por lo que una vez preparada, ha de consumirse.

* c/p - c/s: cucharadas de postre - cucharadas soperas




La Crema Budwig tiene una interesante historia que intentaré resumir para que conozcáis lo beneficioso que resulta su consumo.
Debe su nombre a su creadora, la doctora Johanna Budwig, (Alemania, 30 de septiembre de 1908 - 19 de mayo de 2003) química y farmacéutica,  doctorada en Física y que posteriormente cursó la carrera de medicina. Fue nominada al premio Nobel de Medicina en siete ocasiones y considerada una autoridad mundial por sus investigaciones sobre las grasas y su influencia en el organismo humano.
Estudió las grasas hidrogenadas y otras grasas desnaturalizadas. Sus conclusiones fueron claras: los efectos de estas grasas sobre la salud son nefastos. Ya en los años 50, la Dra. Budwig nos advertía del peligro de las grasas hidrogenadas. Sesenta años después seguimos encontrándolas  en la composición de la mayoría de los alimentos industriales.
Trató a más de dos mil personas, con un porcentaje de éxito del 90%, no sólo en cáncer sino en todo tipo de enfermedades degenerativas. Hay que decir, que además de esta crema, incluía otros aspectos imprescindibles para completar las terapias como eran el cambiar los hábitos de vida, especialmente la dieta;  tomar el sol;  realizar ejercicio físico adecuado a cada persona; observar un descanso reparador y mantener una actitud mental positiva.
Posteriormente, la doctora Katherine Kousmine, (Rusía, 17 de septiembre de 1904 – Suiza, 24 de agosto de 1992) también investigó sobre cáncer y aplicó sus descubrimientos a pacientes con esta dolencia y otros con enfermedades degenerativas y autoinmunes. En todos ellos detectó errores en la dieta alimenticia que provocaban un escaso o defectuoso funcionamiento  del sistema inmunológico. A partir de estas observaciones, desarrollo un tratamiento que incluía la Crema Budwig como fundamento de la dieta.
La genuina Crema Budwig está hecha con requesón ecológico bajo en grasa y aceite de lino. Las cremas elaboradas con yogures, leches vegetales… son válidas como alimento pero no como tratamiento. La variante de la crema desarrollada por la doctora Kousmine tenía el objetivo lograr un desayuno nutritivo y saludable.
Esta es pues la finalidad que tiene la receta que hoy os propongo yo.
Esta crema es un desayuno superrecomendable que se adapta a los gustos de  cada persona: se pueden variar las frutas, las semillas, la base láctea… También se adecúa a la edad: la puede tomar desde  un bebé de seis meses (con cereales sin gluten) hasta ancianos, pasando por niños, mujeres embarazadas, mujeres lactantes y adultos en general.
Por si fuera poco,  permite adaptarla a cada patología: si hay atopía;  se eliminarán los lácteos animales, el gluten y los frutos secos; para diabéticos, eliminaremos la miel; si hay problemas prostáticos, añadiremos pepitas de calabaza; si hay estreñimiento, indicamos las semillas de lino… y, así,  un sinfín de variantes.
El valor nutritivo de esta crema es aproximadamente el siguiente:
Valor calórico: 265kcal / Proteínas: 5 gr / Glúcidos: 32 gr/ Lípidos: 13 gr
Es pues un desayuno ideal, personalizable, saciante y muy,  muy rico.  Animaos a probarla y seguro que repetiréis.
Para saber más: